La mitad de la población mundial vive en ciudades, el acelerado crecimiento de población y la necesaria densificación de las manchas urbanas impactan de manera acelerada el medio ambiente y el bienestar de las personas que habitan en el y este es una tema que ha tomado gran importancia en el ámbito político y social.
Tradicionalmente la arquitectura del paisaje intenta renovar y rehabilitar los espacios urbanos con la aplicación de un paisaje superficial, que aún que estético es simplemente una curita verde que en la mayoría de los casos no atiende a las necesidades de fondo. Actualmente el paisajismo nos propone atender la necesidades públicas, culturales e históricas y enfrentar con responsabilidad social los retos que el desarrollo de inmuebles verticales y horizontales nos demanda, debemos de crear métodos para diseños de paisaje nunca estáticos si no dinámicos que integren en sus diferentes capas el pasado, presente y futuro del sitio en donde se encuentran y es por lo anterior que abandonamos antiguos fundamentos arquitectónicos como "La forma obedece a la función" en cambio ahora proponemos que la forma obedezca a la ficción, podemos pensar en los espacios públicos como historias, las historias de las personas que viven o trabajan en en estos inmuebles y entonces podemos diseñar basándonos en la experiencias que creemos que los espacios van a ofrecer a las personas.
Las ciudades del siglo XX fueron construidas desde una perspectiva de funcionalidad buscando albergar a mas personas en menos espacio y es ahora que nos damos cuenta que esta visión del siglo pasado disminuyó de manera importante la calidad de vida de las personas, incrementó el crimen y el descontento social ademas de degradar el paisaje natural y urbano.
Es necesario entender que los gobiernos, economía, leyes, sociología, planeación, arquitectura y urbanismo deben de sumarse para formar un solo esfuerzo multidisciplinario que apunte a entender y resolver los retos actuales y diseñar la ciudad del futuro.
Alejandro Campa